Las personas, factor prioritario en las oficinas tras el Covid 19
Aunque podamos intuir que ya no se necesitarán tantos metros cuadrados por el impacto del teletrabajo, la realidad a corto plazo no parece esa. La vuelta al lugar de trabajo físico girará en torno a una clave principal: las personas, factor prioritario en las oficinas tras el Covid 19. La seguridad sanitaria a partir de ahora condicionará todos los espacios de trabajo.
Para cumplir con las actuales y futuras recomendaciones sanitarias habrá que ajustar los aforos, aplicar medidas de desinfección e incorporar nuevos hábitos de higiene.

Todo pasará por adaptar los espacios a la menor densidad de empleados y a la mayor rotación trabajo – oficina.
Los espacios compartidos pasarán a ser puestos fijos y las salas de reuniones tendrán un uso más limitado. Primarán tres máximas: distanciamiento, higiene y desinfección.
Contar con un mobiliario y equipamiento adecuados es necesario pero no suficiente. Ahora más que nunca, la correcta conservación y limpieza de las superficies y materiales de cualquier entorno de trabajo resulta clave para preservar la salubridad.
Los lugares de trabajo serán distintos, según se encuentren en las instalaciones de una empresa o en los hogares, pero con un protagonista común: las personas. Los objetivos, las cifras y la productividad siguen importando, pero el factor humano es ahora prioritario.

Como decíamos en el post anterior “Nace un nuevo modelo del puesto de trabajo”, flexibilidad, ergonomía y tecnología son las características que mejor definirán estos nuevos espacios. Elegir un mobiliario versátil, que mejore la relación con el entorno y potencie el bienestar físico y mental del trabajador, es fundamental, sea cual sea el lugar de trabajo. Además, el puesto de trabajo debe permitir libertad de acceso y movimientos en torno a él.
Otros aspectos a priori intangibles, como la ventilación, la orientación, la iluminación o el bienestar térmico y acústico, son también fundamentales para lograr entornos de trabajo saludables.
No se trata de construir nuevos espacios, sino de adaptar los ya existentes a la nueva situación, a través de soluciones flexibles, como mamparas protectoras anticontagio o paneles separadores, con los que delimitar las zonas de trabajo sin perder el contacto visual ni aislar a las personas. El puesto de trabajo debe de adaptarse a las personas y no al contrario.